La habitacion secreta

Era un pueblo normal y corriente. La gente que alli habitaba era normal y corriente. Y como todo pueblo normal y corriente, con gente normal y corriente, habia una torre normal y corriente.

Pero ya se sabe, la gente normal y corriente suele tener supersticiones, una de ellas era que la torre era mala, que ninguna niña que fuera alli y subiera a lo mas alto sobreviviria. Asi que es normal, y corriente, que la torre estubiera prohibida. Sobretodo para las niñas, pero ya se sabe que las niñas normales y corrientes gustan de jugar y de saltarse las normas por diversion.

En el pueblo solian circular de contrabando llaves para la torre. Que las niñas se iban pasando de unas a otras con el deseo de ir a la torre.

Hubo una, una de muchas, que se atrevio a la torre, y una noche, amparada en la oscuridad fue hacia la torre. Desde el pueblo siempre se veia grande y vigilante, aterradora, pero de cerca no parecia tan grande. Estaba segura que no media mas de cien metros como habia dicho una de sus amigas. Era una torre, que se alzaba recortada por la luna. Pero aun asi... era la torre... y le daba miedo.

Se dirigio hacia la puerta. Pero a medida que se acercaba ya no lo veia tan claro... sera mejor que me largue se decia, ya volvere otra noche se decia. Mientras se decia todo esto llego a la verja. Desde luego no habia para tanto, era una torre mas, normal y corriente. Toco la fria verja con las manos, y sintio un cosquilleo, por un momento penso que la torre tambien tenia cosquillas, ella debia tener las manos frias tambien. Se puso unos guantes, para protejerse y siguio andando. La verja se abrio y cruzo la puerta.

Tras pasar el umbral habia una larga escalera ascendente. Con largos y diminutos peldaños, que debia recorrer uno a uno para llegar arriba. Fue subiendo, escalon a escalon, a medida que lo hacia fue entrando en calor. Ahora estaba ya mas animada y subia los peldaños de dos en dos. Queria llegar arriba, a la habitacion prohibida.

Un rato despues los peldaños se acabaron. Se encontro delante de una puerta. La miro fijamente, como queriendo ver que habia al otro lado, pero sin cruzarla. La verdad, era la habitacion prohibida, no estaba permitido que las niñas se acercaran a la torre, y mucho menos llegaran hasta aqui. Debia de haber una buena razon... Jugueteo indecisa con la llave de la puerta. A medida que la tocaba una pregunta aparecia en su mente. ¿Por que no?

Acerco la llave a la cerradura. Lentamente, indecisa, la acercaba mas y mas. Finalmente la llave y la cerradura se tocaron. El metal contra el metal sono un poco, lo que asusto a la niña que estuvo apunto de sacar la llave, pero estaba decidida, seria esa noche, esa noche veria lo que habia al otro lado de la puerta. La llave entro perfectamente en la cerradura. La niña la guiro para abrir la puerta, y esta chirrio, pues hacia mucho que nadie ponia la llave y estaba algo gastada por el desuso. Tubo que sacar la llave y volverla a poner varias veces, para conseguir el numero de vueltas necesarias para que la puerta se abriera.

Al abrirse la puerta las dudas asaltaron un momento mas a la niña, pero estas desvanecieron cuando se abrio completamente, la puerta. Lo habia hecho. Habia llegado a la habitacion secreta. Que contenta estaba. Estaba radiante. Era muy feliz. Pero habia sido facil... quizas no era para tanto... pues vaya cosas... prohibir llegar hasta aqui... Ya casi, solo casi, habia olvidado el placer de la victoria que habia sentido al llegar.

Desando los escalones. Rapidamente, temia que alguien la echara en falta.

Al salir de la torre se dio la vuelta. Desde luego era una torre normal y corriente. Una simple torre, no era tampoco demasiado alta. Y desde luego no daba miedo.

Vaya una tonteria, que ninguna niña sobrevive a llegar a la torre, pamplinas, pensaba la mujer mientras volvia a casa.