sábado, 8 de septiembre de 2007

Cuarto episodio "Asaltar al fuego y caer en las brasas"


Vagaba Sir Contradicción por las calles con el estomago rugiente como una mala bestia deseosa de alimentarse, deseaba sangre, manduca... Estaba tan obcecado combatiendo a su enemigo interior, que no se percató de que se le acercaban unas amenazadoras sombras hasta que fue demasiado tarde.

Se le lanzaron encima y le inmovilizaron, no eran bestias salvajes, eran dos hombres embozados en unas capas negras, debían ser salteadores. Al abrir la boca quedo claramente demostrado, que eran el peor tipo de hombres, eran hombres que estaban convencidos del bien ultimo de sus acciones, y deberías estarles agradecido por su postrero acto.

“¿Crees en el único Dios?” Dios mío, no ansían la bolsa, sino la vida.

“No creo en Dios, creo en mi brazo, en mi espada y en lo que puedo hacer” contestó el caballero dispuesto a enfrentarse a esa amenaza hasta la muerte, iba a enviar a esos engendros de Lucifer de vuelta al abismo.

“No se puede vivir sin creer, Dios ansia la felicidad de sus hijos nosotros somos sus hijos, y debemos creer en Él” Comenzó ha decir el hombre de negro le explicó que Dios se sacrificó por nuestra felicidad en forma de su hijo, Jesús. Lo que dejo anonadado a sir Contra.

“¿Jesús era Dios?”

“No era Él, eran completamente diferentes, era otro Dios.” Blasfemo, pensaba el caballero, antes ha dicho que Él era el único dios, ahora afirma que hay dos.

“Y el espíritu santo. Jesús realmente era el hijo de Dios, que se sacrificó para la felicidad de sus hermanos” tres... y uno suicida... pensaba que era pecado mortal.

“¿Nosotros somos hijos de Dios?”

“Si”

“Entonces... ¿me estas diciendo que somos dioses en nosotros mismos? Jesús fue hijo de Dios y por eso es Dios, nosotros somos hijos de Dios ergo somos Dios” dijo el caballero con un brillo en los ojos.

“Pero Dios tiene todas las respuestas, deberías ansiar conocerlas, no deseas saber de donde venimos, a donde irás después de la muerte...”

“No, lo pasado, pasado está, y lo que vendrá después de la muerte... ya lo sabré cuando me llegue la hora, por ahora, me conformo con saciar mi hambre”

Siguió su camino, dejando a los salteadores

No hay comentarios: