sábado, 8 de septiembre de 2007

Octavo episodio "Lo que habia pasado"


Sir Contradicción y su escudero reposaban sus posaderas cómodamente en una posada. Bebiendo frío destilado de uva. Hallaban se sentados en un rincón, apartados de la gente, aún con los restos de la cena sobre la mesa. Cuando un hombre y un joven, presumiblemente su hijo, irrumpieron en la posada.
El joven, viejo conocido del caballero, otrora no lo fuera, que tiempos aquellos, se sintió obligado a sentarse con aquel al que no hablaba ya, probablemente por que la posada estaba llena. Cabe decir, que el desconocido viejo, acompañante del viejo conocido, le acompaño. Introduciéndose a si mismo. Resulto ser el amante del otro.
Sir Contradicción no supo como reaccionar, buscó consejo en todas partes, pero no lo encontró, lo único que hallo fue un trozo de mandíbula, presuntamente de su escudero, en el suelo. Los otros dos que no parecían percatarse de nada de lo que acaecía y con la amabilidad que reina en ese tipo de situaciones, comenzaron a explicarles su relación. El caballero hastiado intento refrenar la conversación, con toda la diplomacia en el mundo dijo.
“Eso es algo privado, que no nos concierne al resto.”
Pero como aquel que intenta apagar un fuego con agua y solo crea vapor, escaldándose. Falló el tiro de sir Contra. Ahora la conversación paso en describir lo bello que era el orco que tenia sentado a su lado. Hasta el ogro resultaba menos desagradable a la vista.
Esperando ahuyentar a las bestias que se cernían en torno a su persona dijo, o quiso decir.
“En mi opinión es un hombre mayor, calvo y mas bien pederasta” Pero un muro de fuego se cernía en torno a los oyentes que tan solo oyeron “Es un gran hombre, sin un pelo de tonto y que te ama por tu belleza.” Tan convencidos estuvieron todos de esta afirmación que incluso Sir Contradicción acabo creyendo que era lo que había dicho, ni por un momento dudo de lo que realmente quería decir con sus palabras.
Finalmente surgió la fuente de todo mal y discordia. Entro en la posada, cual gallina clueca, un niño orondo y rechoncho, con papada como la paloma mal alimentada. Su pelo era del color del canario, que encerrado tras muchos años anhela la libertad, y de igual forma estaban distribuidos los rizos, como un amalgama de anarquistas. Cubría sus partes púdicas con un impúdico paño que daba a entrever su cebado pajarito y llevaba un pequeño arco de caza, y un carcaj a la espalda. En ese momento se fijo sir Contradicción en que sus dos acompañantes tenían saeteadas sendas espaldas.
El burdo pichón cargó su arma de destrucción, sin iva, y se dispuso a disparar su disparo. Debía tener el hígado peor que el de una oca, ya que se veía a la legua que erraría el blanco. La flecha salió disparada en menos de lo que canta un gallo, y con la velocidad de un halcón se cernía sobre el escudero. Sir Contradicción temeroso de las golondrinas que ya nunca volverán interpuso su gaznate en el camino.La flecha impacto de lleno, el caballero cayo, y el escudero sin tiempo de reaccionar a penas decidió sacarlo fuera para que le diera el aire. Los “amigos” emigraron a tierras mas meridianas. El arquero retomó el vuelo y pronto quedaron solos el escudero y el caballero. El cual interrogado intentó explicar su acción.
“Solo hay una cosa mas importante que el amor, y es el saque, por que sin saque no hay amor, y sin amor hay saque, ahora traeme un medico, al que no le gusten los hombres.”

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